domingo, 22 de enero de 2017

Bali

Cuando piensas en Bali lo primero que llega a tu mente son playas paradisíacas, pero eso es lo que menos llamó mi atención.


Lo que sí me fascinó de este viaje fueron sus paisajes, sus arrozales, sus campos de té sobre terrazas, inmensas palmeras y sobre todo, su cultura.


Bali es una isla y provincia de Indonesia. Aún siendo un país musulmán, el 90% de sus habitantes practican el "hinduismo balinés", una versión propia de la isla, que mezcla esta religión con ciertos santos budistas y creencias animistas.


El resultado es que en Bali hay más templos que casas, esta razón hace de esta isla un lugar único. Junto con su cultura, su paisaje y sus playas, es un destino perfecto para disfrutar de un viaje lleno de ocio y cultura, la mezcla perfecta.


Bali lleva siendo muchos años el referente hostelero más alucinante que he conocido. La calidad y variedad de hoteles, restaurantes y beachclubs es impresionante, del que deberían aprender los empresarios de nuestro país.

Sus locales de moda te trasladan a películas como "Indochina", donde descubres el ambiente elegante, glamouroso y cosmopolita de Asia.


Era nuestro tercer viaje con nuestro "enano", después de Cuba y Sri Lanka, y como en los anteriores, debíamos conciliar las rutas que íbamos a seguir.


Empezamos con un espectáculo de danzas y máscaras acompañadas de su peculiar música Gamella.





Después recorrimos el Parque de las Aves, entre una vegetación espectacular.



Y terminamos con un recorrido por un plantación de productos del país, descubriendo cómo son las plantas de la papaya,


del café,


de la vainilla o del cacao.


Nos recorrimos la isla conociendo sus lugares principales, así llegamos hasta el centro de ella para disfrutar de unas vistas impresionantes de sus volcán Batur,


junto con su inmenso lago y la jurásica vegetación que lo rodea.


A lo largo de los días, seguimos una ruta de templos a cual más impresionantes como el de  PURA GOA GAJAH. Con más de mil años de antigüedad es un lugar de peregrinación en Bali.


Este templo está ubicado en una cueva y su entrada es la cabeza de un elefante esculpida en la piedra. Tiene diferentes espacios dedicados al rezo, la meditación, la purificación por medio del agua y hasta campos de arroz para las ofrendas.


También es de señalar su inmenso Cotton Tree, un árbol gigantesco con más de mil años de edad.


Otro de sus maravillosos templos es el de PURA GUNUNG KAWI, donde encuentras un estanque con una bellísima imagen de la Diosa de la Sabiduría.




En todos ellos debes cubrirte con un Sarong.


No podíamos perdernos The Monkey Forest, un enorme bosque formado por más de cien especies diferentes de árboles, en una extensión de 27 hectáreas y donde puedes encontrar una comuna de  más de 300 macacos de cola larga. Ellos son los protectores del grupo de templos que allí se encuentran.




Cuando visitamos este paraíso la zona mas de moda era Seminyak y lo más de lo más, su Beach Club KUDETA.



Este marcó un antes y un después en el ambiente y el turismo de la isla.



El restaurante italiano La Lucciola o el hotel THE SEMINYAK Beach Resort and Spason otras de las grandes apuestas de Seminyak. Posteriormente llegaron POTATO HEAD, para tomar una copa y La Plancha Beach Club.

Hoy en día los hoteles más punteros junto con el ya clásico BULGARI Uluwatu son, el KOMANEKA Hotel, Four SeasonsBatu Karang Lembongan Resort entre otros. AMANKILA es uno de los mejores hoteles del mundo, con una impresionante playa privada. AYANA es un hotel Spa que tiene una de las puestas de sol en el mar, en su ROCK Bar, más impresionantes del mundo, con un ascensor de madera que baja por el acantilado para llegar a su playa.

Como beach clubs tienes FINNS Beach Club, SUNDARACOMMUNES Resort, el mal hablado El Kabronrestaurante español, KARMA y así podría seguir y seguir, porque la oferta es infinita. Hoy las zonas más de moda son CANGGU, KERAMAS y ULUWATU.


Es en Uluwatu donde se alza uno de los templos más impresionantes de Bali.


Este templo construido en un acantilado, es tanto por sus vistas como por su ubicación un lugar imprescindible. Fue aquí donde pudimos disfrutar de la representación de la danza KECAK, en la que se representa el RAMAYAMA.


La historia de un príncipe llamado Rama, que rescata a su esposa Sita del malvado rey Rahwuana. Lo más impresionante de la representación es que no va acompañado de músicos, sino de los cánticos de un centenar de hombres.


Durante esas dos semanas que pasamos allí, pudimos disfrutar también de su gastronomía,


sus bebidas


y su maravillosa gente,


siempre de buen humor, educada y generosa.


Una vez lo has vivido ¿Quién no querría volver a Bali?


Cuando regresamos a casa nos encontramos con el molino totalmente nevado, ¡que gran recibimiento!


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