domingo, 21 de febrero de 2016

NITTY GRITTY

En los últimos números de la calle Dr. Fleming de Madrid, escondido en un falso callejón, se encuentra NITTY GRITTY. Un luminoso restaurante, abierto de sol a sol, para dar placer a todo el que necesite un brake. 



Desde la mañana hasta la madrugada cuentas con un servicio estupendo donde puedes desde desayunar repostería y mermeladas caseras hasta comer o tomarte una copa en un ambiente cosmopolita y desenfadado, acostumbrado a compartir grandes mesas. 



Esta opción tan europea se empieza a ver cada vez más en nuestra capital, no sólo relaja los protocolos individualistas habituales de las grandes ciudades, sino que da juego para conocer a gente nueva de forma accidental. 



Los propietarios, llegados de diferentes profesiones, como Iván Riaño, de la consultoría, y su hermano Javier, de la arquitectura de interiores, y por otro lado, Yago Simal y Armando Mendoza, arquitectos del estudio Simal-Mendoza, son los creadores de NITTY GRITTY.Y no se han ido por las ramas, han querido ir al grano.



Este cuarteto de amigos decidieron embarcarse en este proyecto, motivados por la herencia hostelera de los hermanos Riaño y el talento de Sima-Mendoza. Así, cada uno de ellos fue aportando sus propios talentos para dar forma a su proyecto.



Simal-Mendoza confió en RECOUPAGE para hacer parte de los suelos con nuestra madera y fue así como los conocí. Me encanta espiar por los diferentes proyectos en los que colaboramos e ir eligiendo los que más me gustan para contároslo. 



Este proyecto lo habían enfocado desde una influencia escandinava. Con maderas naturales para las superficies y blancas para las paredes. 



Utilizando una de la variantes de silla windsor chair, en este caso, rematando los barrotes verticales en recto (Fan-back), las han pintado unas en blanco y otras en azul marino, mezclando el toque escandinavo con el marítimo. Aunque su origen es inglés y enfocadas al jardín, fue en las colonias americanas donde esta silla consiguió su mayor difusión y, de allí, se han reutilizado en todo el mundo. 



No sé si sería casualidad pero había varias mesas de extranjeros. Su decoración es muy fresca y desenfadada, con una terraza muy apetecible que termina absorbiendo todo el local en las noches cálidas de verano, al abrir todas sus cristaleras y convirtiendo dos espacios en uno.



Me gustan las cocinas vistas, como en este caso, transmiten sinceridad. Una cocina impoluta, llena de profesionales dando los últimos brochazos antes de levantar el telón y dar lo mejor de sí.







Su carta es sencilla, cocina mediterránea basada en buenas materias primas con pequeños guiños a cocinas internacionales. Cuentan con un menú a mediodía de lunes a viernes. 



NITTY GRITTY es una muy buena opción para quedar con tus amigos a cualquier hora del día, me gusta.


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