domingo, 31 de mayo de 2015

Country Pop Up

Llevaba años oyendo hablar de Norema Salinas y su catering, pero no había tenido oportunidad de probar nada de su cocina. Por lo poco que había podido averiguar deduje que se salía de lo común aquí en España.

Nacida en San Francisco, de padre boliviano y madre brasileña prometía que no iba a ser una tradicional tortilla de patata con lo que nos iba a sorprender. Como molinera hortelana que soy, saber que era amante de la comida orgánica y también de la fusión de sabores hacía que mi curiosidad aumentara.

Leí no sé dónde que iba a hacer un pop up en la sierra de Madrid con productos orgánicos y de inmediato llamé para apuntarme. La cita era:



Cuándo: 19 de junio de 2014
    Dónde: Huerta de las Flores en Bustarviejo
Hora de llegada: 13:30
Aperitivo:14:00 a 15:00
Comida 15:00

Menú elaborado con productos de la huerta y otros de productores ecológicos de la Sierra Norte
 cabras del cabrero de la zona
pan ecológico de un horno de asar local
y más sorpresas como...
música en vivo

Cada vez me apetecía más investigarla, de modo que me presenté allí vestida de campo para no llamar la atención y pasar desapercibida. Me oculté entre unos matorrales para no ser descubierta y pillarles con las manos en la masa. Y así fue, como sospechaba, les cogí infraganti colocando los manteles de las mesas para los aperitivos, junto con todo un despliegue de productos con muy buena pinta.




Queso de Suerte Ampanera  premio 2011 servido con miel de polen fresco

Otros quesos de Suerte Ampanera con avellanas

Gazpachos de trigueros y de tomate con fresa de Finca Monjarama

Bruschetta de hogaza de harina de trigo blanco ecológico con tomate

Bruschetta de hogaza de trigo blanco con calabacín, romero y tomillo

Cerveza Artesanal Lest de Colmenar Viejo

Vino Blanco:
Vino de Madrid:
                         Qubel                           


Toda  su presentación era de lo más apetecible.


Cajas de fruta antiguas para crear diferentes alturas, sobre manteles de tela de saco, adornados con flores y apoyados sobre fardos de paja hacían las funciones de mesa de buffet, donde disponían las suculentas viandas anunciadas.


Antiguas bobinas de cable telefónico usadas como mesas auxiliares o asientos para los clientes le daban ese toque RECOUPAGE que tanto me gusta.


Una larga mesa imperial con mantel  a cuadros azul y blanco, románticamente preparada con todo detalle para cerrar el círculo a esa atmósfera  encantadora, que se disponía debajo de un toldo creado con un paracaídas, dando una fresca sombra al día tan caluroso que se avecinaba, para dar acogida a los comensales.


Los niños de los organizadores correteaban por el prado echando carreras, subiendo y bajando de los fardos de paja y viajando sobre las mulas mecánicas que transportaban de un lugar a otro todo lo necesario.


Los camareros corrían de punta a punta para que todos estuvieran atendidos.



Fue entonces cuando me di cuenta que de me estaba deshidratando ahí agazapada y pensé que estaba perdiendo el sentido cuando oí palabras celestiales.
- ¿La señora tomará un cóctel?
Yo creí que esa voz provenía de mi deshidratada mente, pero no era así. Un camarero impoluto me observaba con una sonrisa de esas de las que sale un destello de un diente, mientras yo me mantenía en posición primate, con el rímel corrido por el sudor y el pelo fosco de la humedad. Si no hubiera sido por lo baja que tenía la tensión, me hubiera encaramado a un árbol del susto, pero fue precisamente ella la que me impidió dar tan bochornoso espectáculo.

Le agradecí el ofrecimiento y de un brinco me recompuse en la medida de mis posibilidades, pidiendo el cambio de su oferta por una bebida refrescante con cafeína y mucho hielo, para recuperarme de ese bajón de tensión que me estaba dando.


Una vez recuperada y recompuesta, decidí integrarme en la fiesta y poder seguir espiando desde dentro, sin ser descubierta.



Unos metros más allá, oculta por unos matorrales y grandes árboles, habían montado una cocina de campaña donde el chef Rachid Semlali terminaba de ejecutar sus deliciosas creaciones.


Cuando estuvo todo preparado nos comunicaron que era el momento de ir a la mesa y nos dirigimos a ella.



                                                        
Menú

Crudités (calabacín y pepino) con humus y picatostes de nuestra focaccia orgánica
Ensalada de lechuga y cebolleta de la huerta
Arroz de nuestra huerta hecho por nuestro huertano servido con alioli de tomillo
Cabrito asado servido con patatitas de nuestra huerta con romero y tomillo
                                                                        Patatas Paja
Hogazas de harina de trigo blanco, de espelta y de tres harinas

Vino Blanco:
Vino de Madrid:
     Qubel     
                     
Cerveza Artesanal Lest de Colmenar Viejo
Bizcocho con fresas orgánicas de Finca Monjarama con espuma de yogur de
 Suerte Ampanera negra

Café (orgánico)
Té verde a la menta


Bueno, la comida fue un espectáculo, el escenario único y el ambiente encantador. Después de de la opípara comida montaron un improvisado escenario y comenzaron un concierto en vivo que duró hasta el atardecer. El plan fue totalmente recomendable, es más, estoy deseando que este año lo repitan para poder ir, por fin sin espiar, que es mu cansao. Cambio y corto.

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