domingo, 26 de julio de 2015

RECOUPAGE

No sé qué fue primero, si la gallina o el huevo. Creo que empezó en mi más tierna infancia. Mi padre, por razones de trabajo, tenía que viajar con grandes baúles y un día, buscando cosas para decorar mi primera casa, me encontré con él en un trastero de mis padres.


Creo que me faltó hacerles la danza del vientre para convencerles de que me lo dieran.
Este baúl y unos cuantos más, que fui adquiriendo, me han acompañado a lo largo de todos estos años. Debo investigar con mi psicoterapeuta esa afición a las “cajitas”.

Pasaron de mesa de sofá a mueble del televisor, aparador para el equipo de música, como biblioteca o su función inicial, de vestidor.

Pero esto solo fue el comienzo, me bebía las revistas de decoración inglesas y francesas. Nadie como ellas han sabido sacar la belleza y elegancia, hasta de una pared decadentemente desconchada.


De los baúles pasamos a los cajones. Me volvían del revés los muebles de oficina, con cientos de recovecos y cajoneras, volvemos a las...”cajitas”. Definitivamente necesito terapia.


Las griferías inglesas, bañeras de patas, galán de noche...


Y ¿qué me decís de los muebles de médico? Cromados y esmaltados. Da igual de qué color sean, blancos, negros, verde manzana o rojos. El caso es que donde los coloques, quedan espectaculares. Y todos con sus cientos de “cajones”...¡de nuevo, cajitas! Umm, sin comentarios.



De ahí comenzamos a construir camas con antiguos telares.



Tocineras como mesas de sofá.


Enormes roperos como muebles para el televisor... Hasta entonces solo habíamos utilizado piezas antiguas cambiando su uso. Pero fue entonces cuando de verdad comenzó nuestro proyecto RECOUPAGE, aunque todavía no éramos muy conscientes de ello. Pero ya os iré contando.

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