domingo, 19 de julio de 2015

Gazpacho de Trigueros



A los romanos les encantaban, muy propio de ellos, y en sus bacanales no podían faltar. Los espárragos, que forman parte de las hortalizas de aspecto pecaminoso, resultaban muy apropiados para comer en sus desenfrenadas fiestas. Ya en el antiguo Egipto se ofrecían en ramos a los dioses como ofrenda. Y el rey Sol, Luis XIV, los mandaba cultivar para saciar su paladar, allá por el siglo XVII.


Nosotros los plantamos hará alrededor de 5-7 años, sin apenas cuidados y todas las primaveras nos regalan con sus brotes un manjar dulce, con un toque bitter, delicioso.


Hoy los vamos a hacer en gazpacho, con eso de la caló. Y aunque ya no es temporada los puedes encontrar sin problema en cualquier supermercado.


No van bien con Baco, así que omitiremos esta deliciosa bebida y la cambiaremos por...¿un coctelcito? Venga, sí, como una margarita por ejemplo y para cortar los espárragos ¿qué os parece un tango? Jaja, ¡sí un tango!  Hugh Laurie “Kiss of fire” ¡me encanta!


De esta receta encuentras muchas en internet, pero cada una tiene su aquel. En mi caso, sólo uso la thermomix para la emulsión, ya que me gusta hacer por separado algunos ingredientes,  allá vamos.

Ingredientes:

1 kg de espárragos trigueros
1 litro de agua
200 ml de aceite
40 ml de aceto balsámico
1 cdta. de sal
3 dientes de ajo
2 huevos
4 lonchas de jamón serrano, a ser posible, ibérico

Preparación:


Troceamos los espárragos y los ponemos a hervir en el agua con los ajos, a la vez que en otro recipiente hervimos también los huevos hasta que estén duros, unos 10 minutos, y metemos las lonchas de jamón en el microondas u horno envueltas en papel de cocina, para desgrasarlas.


Una vez cocinado el espárrago lo pasamos a la thermomix o la batidora que tengamos, la única diferencia será que tendrás que dedicarle más tiempo a triturar y lo empezamos a batir. Cuando esté bien picadito, como una crema muy ligera, lo emulsionamos con el aceite, como si hicieras una mahonesa. Después el aceto y por último la sal, poco a poco, para no pasarte. Una vez hecho el gazpacho, lo introduces en la nevera para enfriarlo.

El jamón se habrá quedado crunchy, crujiente. Lo pones papel de cocina nuevo y con un rodillo le pasas por encima para picarlo. También tienes la versión de trocearlo antes de meterlo en el horno, eso a tu elección. Pelas y picas los huevos  y los colocas en un cuenco para que cada uno se sirva al gusto.


Una vez frío, lo sirves en cuencos y les pones el jamón y el huevo como guarnición. Y eso es todo. Si tenéis cualquier duda, ya sabéis donde estoy, pero no creo que la necesitéis porque es muy fácil. Ya me contaréis cómo os ha salido y el éxito que habéis tenido. Espero vuestras noticias.

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