domingo, 22 de mayo de 2016

BENDITA LOCURA

             


Estaba harta de tanta lluvia y en cuanto salió el sol cogí mis bártulos y me escapé a dar una vuelta por ahí. Iba en mi coche por la calle Príncipe de Vergara de Madrid cuando vislumbré una pequeña terraza muy apetecible, miré la fachada y leí “BENDITA LOCURA”, ¿es a mí? rápidamente me di por aludida, claro. Pegué un frenazo en seco y solté el coche en el primer hueco que encontré.

Por fuera tenía pinta de café, su aspecto era muy apetecible, chiquitito pero encantador. No era el tipo de negocio que solía montarse por esa zona, yo me lo hubiera esperado encontrar en un barrio más bohemio y cosmopolita, pero precisamente seguro que ese ha sido uno de sus éxitos. 

Saqué la cámara y me puse a disparar como una loca. Hablando de locas, a mí ese nombre me sonaba, al principio pensé que era causado porque me había dado por aludida, pero no, luego me acordé de que algo habíamos hecho para un local con ese nombre. ¡Claro, esa mesa que tienen en frente de la barra es nuestra! y no solo esa mesa, después descubrí un montón de piezas más. 


La mezcla de objetos y materiales le da al local un aspecto encantador y sobre todo, acogedor. 











Es un espacio donde puedes ir desde a tomar un café, 



leer el periódico, un libro o cualquiera de sus guías de viajes, 





tomar el aperitivo, comer, 







merendar, tomar la copita de después del trabajo, 


cenar o simplemente ir a tomar una copa y hacerlo con la sensación de que estás en el salón de tu casa.



Sus propietarios, David Monzón y Juan Luis del Barrio son amantes de los viajes, 



el buen comer 



y el buen vivir, 



creen en el destino a pesar de las adversidades, se lanzaron a esta “Bendita locura” en plena crisis económica, pero a base de mucho trabajo y saber hacer han conseguido sacar  a delante un proyecto muy especial, cálido y profesional. 








David y Juan Luis supervisan y ejercen a diario en la dirección de este lugar, creando un ambiente de compañerismo y vinculando a su staff en el proyecto con complicidad y motivación.


Enfocado inicialmente como café, se han rodeado de baristas profesionales y ofrecen todo tipo de leches, bollería francesa, tartas caseras para cualquier hora del día. Además, fueron más allá y comenzaron a ofrecer un brunch irresistible los fines de semana, que hoy por hoy encuentras una lista de espera de diez días para poder reservar.



Encontraron a RECOUPAGE como el resto de piezas que componen el lugar, husmeando en mercadillos e investigando por internet. El resultado no podía haber sido mejor. ¿Lo queréis probar?





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